Hola, me llamo Fiona, Fiona Laciénaga. Y estoy aquí porque me ha
dicho una amiga que las “chicas violeta y plata” (es decir, a las que la
depresión por los cuarenta ya nos parece una risa) tenemos que visibilizarnos.
-Visi… ¿qué? -Le he dicho yo.
-Contar
nuestras cosas, hablar de nosotras… -Me ha respondido ella, que es lista.
-Ah, bueno,
si es por contar ¿cuánto cabe en un blog de estos?
Porque a mí me pasan cosas muy curiosas, no sé cómo decirlo… A
veces estoy casada con hijos adolescentes, otras soy una “single” viajera, a
ratos me convierto en cuidadora de mis ancianos padres, cuando me despisto soy
feminista sin fisuras y la mayor parte de las veces, actúo como domadora, sin
éxito, del caballo desbocado de mis hormonas. Así que, si es por contar… Fiona,
ya te cuenta, ya. Ya verás…
Ayer mismo, sin pensarlo mucho más, mis adorables sobrinos
adolescentes, ambos dos a dúo, chico y chica, ensimismados en sus móviles y
dedicándome menos atención que a su profe de matemáticas. Ante mi persistente
insistencia, súplica, lloriqueo, quejándome por tener que madrugar un día más
para ir a la cárcel de mi oficina, van y me dicen (no, no fue tan fácil que me
dirigieran la palabra, antes tuve que tirarme literalmente en plancha sobre
ellos):
-Follow your dreams, tía!!! Follow your
dreams!!!
-¿Eh?
-¡Que sigas
tus sueños! -Me aclararon al unísono, segundos antes de sumergirse de nuevo en
los wasapps de los suyos.
Que siga mis sueños ¡Será posible! ¡Pero qué creéis que llevo
haciendo durante más de cincuenta años!! ¡!Correr detrás de ellos!!
Siempre detrás, eso es verdad. Porque según parece, los sueños de
Fiona Laciénaga son muy veloces. En contadas ocasiones he logrado alcanzarlos,
en contadas. Y en cuanto me he relajado un poco, zas, ya me habían cogido mucha
ventaja de nuevo.
Lo bueno es que dicen que a esta edad se pierde sprint pero se
gana en resistencia. Tienen razón. De resistencia sabemos mucho las chicas
violeta y plata. En eso somos campeonas. Por eso yo sigo corriendo tras mis
sueños, aunque algunos empiecen a olvidárseme. Pero no importa, porque cuando
esto ocurre, me invento unos nuevos y listo.
Ahora, ya veis, voy a escribir en un blog para visibilizarme.
Claro que sí. Y os animo a vosotras a hacerlo también, o a leerlo, o a opinar,
o a contarlo en vuestro trabajo, o a contarlo en vuestro trabajo+casa, o en
vuestro trabajo+casa+familia, o en vuestro trabajo+casa+familia+amigos… o en
todos “los mases” de vuestra vida. Porque me dice mi amiga que un blog nunca se
queda sin páginas. Así que ya sabéis: ¡Follow your dreams! ¡Perseguid vuestros
sueños!
Os quiere
Fiona L.
© Textos
bajo el epígrafe “Fiona L.” y epígrafe todos los derechos reservados.
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