viernes, 26 de marzo de 2021

Ella dice, nosotras decimos: Coral Herrera. Sin tiempo para el amor.

 

Merece la pena repescar textos como éste, en el que se va un poco -o un mucho- más allá del monótono traqueteo pseudomental diario.

Escogemos hoy un artículo de Coral Herrera al que le teníamos ganas.


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¿Cuántas horas le dedicas al amor? No a imaginarlo, soñarlo o consumirlo en forma de película o novela, sino a vivirlo.

Vivimos en una sociedad muy amorosa: por la radio suenan canciones de amor desgarrado, en el cine todas las películas tienen alguna historia de amor de fondo o en primer plano, las estrellas salen del armario en el telediario y nos presentan a sus parejas, en las revistas circulan chismes y cotilleos sobre famosas que se enamoran o se separan, las redes sociales están llenas de gente buscando al amor de su vida, en Facebook nos enteramos de las bodas de nuestra gente, en la televisión triunfan los dramas sentimentales, en la publicidad nos regalan paraísos románticos para vendernos casas, coches, muebles o desodorantes.

                                 Fotografía de Juan Arredondo / Getty Images
                         

Sí, nuestras obligaciones diarias son extenuantes, y al final del día nos derrumbamos en el sofá para leer, ver tele o navegar por las redes y olvidarnos un poco de nuestras preocupaciones.

Sí, el amor nos hace diosas del tiempo: bajo el influjo de la pasión somos capaces de saborear cada segundo de amor, atrapar el presente con nuestras manos, vivir el ahora con una intensidad brutal.

Vivimos en un sistema productivo que nos encadena durante 40 horas semanales a un trabajo que nos da un salario generalmente precario (...)

A las empresas no solo les damos mucho tiempo de nuestras vidas, sino también nuestras energías físicas, mentales y emocionales. ¿Cuántas de vosotras habéis tenido que arrastraros dolorosamente fuera de la cama para ir al trabajo sintiendo que os dejáis un poco de vida en el lecho del amor?, ¿cuánta gente ha faltado alguna vez al trabajo por estar enamorada o enamorado?



(…) Al capitalismo le da igual que estés borracha de amor, feliz, eufórica, exultante, cachonda, preocupada, angustiada, desesperada, triste, ansiosa, enojada. Al capitalismo no le importa que tu compañera esté hospitalizada y tú quieras estar cuidando y acompañándola. No le importa si vas a tener una conversación decisiva con tu pareja, si estas de duelo por una ruptura sentimental, si quieres acompañar a una amiga o amigo en momentos difíciles. 

No le importa, y tú tienes que ir a trabajar, aunque tu abuela se esté muriendo. No le importa si has dormido esa noche por la gripe de tu hija o si te has pasado la noche gozando lujuriosamente. Tú tienes que estar ahí, cumpliendo, aunque no seas productiva y no logres hacer nada ese día.

(...) La cadena de producción no puede parar por tus sentimientos, y al capitalismo le conviene que no seamos demasiado felices: nuestra insatisfacción permanente y nuestro dolor nos hacen más vulnerables (…) Prefieren que disfrutemos consumiendo, o dediquemos nuestro tiempo a trabajar: el amor es improductivo. Poco rentable.


(…) Muchas parejas se desenamoran porque apenas pasan tiempo juntas: tiempo de calidad, tiempo sin límites, tiempo para el erotismo y el amor (…) tampoco lo tenemos para disfrutar de nuestros hijos e hijas, de nuestra gente querida, de nuestros animales domésticos: pasamos la mayor parte del día fuera de casa, produciendo para enriquecer a otras personas que en realidad no necesitan tenernos tantas horas allí.

Los feminismos reclaman la conciliación de la vida laboral y familiar: las 8 horas de trabajo diarias son incompatibles con el cuidado de bebés, personas enfermas o ancianas. Y resulta que el 90% de las cuidadoras en el mundo son mujeres. Unas tienen que renunciar a la autonomía económica y al mercado laboral, y otras cargan con la doble jornada laboral (...)

En el caso de Suecia, creen que no es el tiempo lo que determina el nivel de eficacia laboral, sino la motivación y el bienestar de los y las trabajadoras. Han decidido implantar una jornada laboral de 6 horas sin reducción de salario, lo que al parecer aumenta el nivel de satisfacción de los suecos y las suecas con respecto a su trabajo; además, mejora la productividad, aumenta el ahorro estatal y permite crear más empleo (...)


"Mujer gritando". Fotografía de Albert Espinola.

El tiempo es oro: nuestras vidas son muy cortas y necesitamos un sistema productivo más acorde a nuestras necesidades vitales, individuales y colectivas. El capitalismo romántico nos regala muchos finales felices mientras nos roba horas de vida: necesitamos recuperar nuestro tiempo, y necesitamos energía para disfrutar de la vida”.


https://www.pikaramagazine.com/2014/09/sin-tiempo-para-el-amor-el-capitalismo-romantico/

Coral Herrera Gómez https://es.wikipedia.org/wiki/Coral_Herrera


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