El Juramento de las Amazonas Libres
De hoy en
adelante, renuncio al derecho de casarme, salvo como compañera libre.
Ningún
hombre establecerá conmigo un vínculo di catenas ni viviré en ninguna casa de hombre
como barragana.*
Juro
estar preparada para defenderme por la fuerza si soy atacada por la fuerza, sin recurrir
a la protección de ningún hombre.
Juro que
de hoy en adelante no seré conocida por el nombre de ningún hombre, sea padre,
guardián, amante o esposo, sino simple y solamente como hija de mi madre.
Juro no
entregarme de hoy en adelante a ningún hombre, salvo en el momento y ocasión
que yo misma decida, por mi propia voluntad y deseo; nunca ganaré mi pan como objeto
del deseo de hombre alguno.
Juro que
de hoy en adelante no daré hijos a ningún hombre, salvo por mi propio placer, elección
y momento; no daré hijos a ningún hombre para la herencia, la casa, el clan, el orgullo o
la posteridad; juro que yo sola determinaré la crianza de cualquier hijo que
tenga sin
considerar la posición, el lugar o el orgullo de ningún hombre.
De hoy en
adelante, renuncio a ser leal a cualquier familia, clan, guardián o señor, y juro ser
leal solamente a las leyes de la Tierra como ciudadana libre, al reino, la corona
y los
dioses.
No
recurriré a ningún hombre en busca de protección, apoyo o socorro, y únicamente deberé
lealtad a mi madrina de juramento, a mis hermanas del Gremio y a mi patrón durante
la época de mi empleo.
Y juro,
además, que las integrantes del Gremio de las Amazonas Libres, todas y cada una de
ellas, serán para mi como mi madre, mi hermana o mi hija, de mi misma sangre, y que
ninguna mujer unida por juramento al Gremio recurrirá a mí en vano.
Desde
este momento, juro obedecer todas las leyes del Gremio de las Amazonas
Libres y
cualquier orden de mi madrina de juramento, los miembros del Gremio o la líder que elija
durante mi temporada de empleo.
Y si traiciono algún secreto del Gremio, o no cumplo mi
juramento, me someteré a las madres del Gremio para las sanciones disciplinarias
que ellas elijan; y si no cumpliera, que la mano de cada mujer caiga sobre mí, que
me maten como a un animal, entreguen mi cuerpo insepulto a la corrupción y dejen mi
alma a merced de la diosa.
* En castellano en el original. (N. de la T.)
"La casa de Thendara". Marion Zimmer Bradley (1983)
Traducción de Mirla Rosemberg.
Fotografía: Jean-Pol Grandmont
(adiós, marzo; y adiós, Google +)
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