domingo, 31 de marzo de 2019

Adiós, marzo de 2019. Marion Zimmer Bradley.



El Juramento de las Amazonas Libres


De hoy en adelante, renuncio al derecho de casarme, salvo como compañera libre.

Ningún hombre establecerá conmigo un vínculo di catenas ni viviré en ninguna casa de hombre como barragana.*

Juro estar preparada para defenderme por la fuerza si soy atacada por la fuerza, sin recurrir a la protección de ningún hombre.

Juro que de hoy en adelante no seré conocida por el nombre de ningún hombre, sea padre, guardián, amante o esposo, sino simple y solamente como hija de mi madre.

Juro no entregarme de hoy en adelante a ningún hombre, salvo en el momento y ocasión que yo misma decida, por mi propia voluntad y deseo; nunca ganaré mi pan como objeto del deseo de hombre alguno.

Juro que de hoy en adelante no daré hijos a ningún hombre, salvo por mi propio placer, elección y momento; no daré hijos a ningún hombre para la herencia, la casa, el clan, el orgullo o la posteridad; juro que yo sola determinaré la crianza de cualquier hijo que tenga sin considerar la posición, el lugar o el orgullo de ningún hombre.

De hoy en adelante, renuncio a ser leal a cualquier familia, clan, guardián o señor, y juro ser leal solamente a las leyes de la Tierra como ciudadana libre, al reino, la corona y los dioses.

No recurriré a ningún hombre en busca de protección, apoyo o socorro, y únicamente deberé lealtad a mi madrina de juramento, a mis hermanas del Gremio y a mi patrón durante la época de mi empleo.

Y juro, además, que las integrantes del Gremio de las Amazonas Libres, todas y cada una de ellas, serán para mi como mi madre, mi hermana o mi hija, de mi misma sangre, y que ninguna mujer unida por juramento al Gremio recurrirá a mí en vano.

Desde este momento, juro obedecer todas las leyes del Gremio de las Amazonas
Libres y cualquier orden de mi madrina de juramento, los miembros del Gremio o la líder que elija durante mi temporada de empleo. 

Y si traiciono algún secreto del Gremio, o no cumplo mi juramento, me someteré a las madres del Gremio para las sanciones disciplinarias que ellas elijan; y si no cumpliera, que la mano de cada mujer caiga sobre mí, que me maten como a un animal, entreguen mi cuerpo insepulto a la corrupción y dejen mi alma a merced de la diosa.

* En castellano en el original. (N. de la T.)

"La casa de Thendara". Marion Zimmer Bradley (1983)
Traducción de Mirla Rosemberg.

Fotografía: Jean-Pol Grandmont


(adiós, marzo; y adiós, Google +)

domingo, 20 de enero de 2019

Rosa, rosae. Cajas de luciérnagas.


Reconozco que lo que me atrajo de este volumen fue la sugerente  reseña de la contraportada.
Presentar a tres mujeres japonesas, que escriben haikus y senryûs, como “la proscrita [Suzuki Masajo], la fugitiva [Kamegaya Chie] y la mujer-raíz [Nishiguchi Sachiko]”, me atrapó.
El poemario, sorprendentemente, no cuenta con una introducción;  pero el breve texto de la contraportada invitaba a no dejarlo pasar, y a adentrarse en una cultura ajena, simbólica  y milenaria, en tantas facetas en las que Occidente entra como elefante en una cacharrería.

                                Una mujer sola.
                                Se despierta y mira
                                la caja de las luciérnagas.


Suzuki Masajo nació en Kamogawa; su primer marido la abandonó tras contraer fuertes deudas. Obligada a casarse con el marido viudo de su hermana, decidió iniciar una nueva vida en Tokio cuando ya contaba 50 años. Durante años llevó un famoso local llamado “Unami”.

                                Los grillos…
                                Aunque tengo los ojos abiertos
                                sólo hay oscuridad, oscuridad…

Bajo la guía de diversos maestros, esta haijin o escritora de haikus cultivó el estilo tradicional en sus poemas; pero también partiendo de la propia fuente “de todas sus actividades artísticas”: el amor.

                                Sopla el viento
                                de otoño, mi amor
                                va dentro.
Falleció en 2003.
"I have been in love at all the times."
https://livinghaikuanthology.com/index-of-poets/livinglegacies/2641-masajo-suzuki.html



Kamegaya Chie provenía de una familia samurai. Profesora en Tokio, se trasladó junto con su marido a Canadá, donde impartieron clases, continuando en este país tras sufrir diversas vicisitudes durante la Segunda Guerra Mundial.

                                En el espejo,
                                al cambiarme de ropa,
                                se podía ver la nieve.

Su haiku se encuentra “fuertemente contagiado de la modernidad poética occidental.” Murió en 1994.

                                ¡Qué lástima!
                                Recoge semillas, pero…
                                ¿vivirá en primavera?

http://japanesecanadianartists.com/artist/chie-kamegaya/



"Ciruelos blancos en primavera." Ōgata Kōrin. Siglo XVIII.

Nishiguchi Sachiko aún vive. “Ha pasado toda su vida en una aldea de 40 casas (…) cultivando su huerto, cultivando su haiku seco y difícil, Japón en estado puro.”

                                Silencio en la montaña.
                                Sólo el ruido que yo hago
                                recogiendo helechos.

“…ausencia total de pretensión, “una de tantas malas hierbas del haiku en Japón”, según sus propias palabras.”

                                Traza el milano
                                un círculo. En su centro
                                recojo boniatos.





“70 haikus y senryûs de mujer.” 
Suzuki Masajo, Kamegaya Chie y Nishiguchi Sachiko.
Traducción de Vicente Haya y Urie Fujisawa. 
Edición bilingüe. Hiperión, 2011.