domingo, 2 de abril de 2017

Gloria Fuertes, de verdad y para siempre (desde un artículo de Elsa Fernández-Santos)


“Gloria Fuertes nació en una familia humilde y republicana de Lavapiés, su hermano pequeño y compañero de juegos murió en un bombardeo y su madre solía castigarla si la descubría leyendo o escribiendo…”

“La Gloria Fuertes poeta adulta se consolidó entre los años cincuenta y sesenta (…) fue la única mujer incluida en la colección Colliure, “Jaime Gil de Biedma la incluyó en la colección, que era muy elitista”, cuenta [Luis Antonio] de Villena”.  Incluso “hizo una antología, algo que era poco habitual, por la enorme admiración que sentía por ella”.

Poco conocido es el dato de que le fue concedida una beca Fullbright en 1961,  o que impartió clases en la Universidad de Bucknell, Pensilvania, Estados Unidos, durante tres años: “Recitaba sus poemas en bares y en universidades y hasta llegó a ser telonera de Joan Báez”, cuenta [Jorge] de Cascante.”

“El tiempo le ha sentado muy bien a su obra”, concluye Luis Muñoz, “y la clave es doble: que bebe de la vida, no de la literatura, y que sus poemas parecen obedecer a una urgencia. Hay en ellos una especie de puesta a punto interior”.

Con José M. Caballero Bonald, Gabriel Celaya, Angel González, Manuel Vázquez Montalbán y J. Agustín Goytisolo (1969)


“(…) es importante no descuidar su obra infantil”, añade Paloma Porpetta [Fundación Gloria Fuertes], “porque le dio una vuelta absoluta a la literatura para niños en España, la hizo coloquial sin cursiladas y logró que miles de niños se acercaran de su mano a la poesía”.

“La Guerra Civil marcó su vida y su obra (“no tenía más que un traje, un cuaderno y mucho miedo a que se gastara el lápiz”), y la experiencia del horror tiñó sus versos de una íntima fractura:
“En mi poesía el tema que más me interesa es el dolor, en mí y en los demás, por este orden egoísta.  Después, el amor. En tercer lugar, lo contrario del amor: las injusticias, las guerras y los bichos”.
  
Dibujo de Gloria Fuertes: "Creen que tienen algo" (1965)


“Encasillada hasta su muerte en la guardería de los ripios infantiles (…) Infravalorada por los que desconocen el alcance de su obra poética (…) Gloria Fuertes resurge en el centenario de su nacimiento con el aprecio literario que siempre mereció.”

Enlace al artículo de Elsa Fernández Santos (Babelia, sábado 25 de febrero):



Podríamos a partir de aquí, ya fuera del excelente y completo artículo de Elsa Fernández-Santos, seguir con “Un globo, dos globos, tres globos…” y dar un acabado simpático a la entrada.
Pero no sería Gloria Fuertes. Ya hemos visto que no sería toda Gloria Fuertes.

Estos días se celebran actos por toda España conmemorando el centenario de su nacimiento. Qué menos. Poco se ha hablado de su beca Fullbright, de su paso por tres universidades norteamericanas como docente. De sus premios de teatro.

Gloria venía del barrio de Lavapiés, uno de los más humildes de Madrid, castizo por antonomasia, residencia favorita de jóvenes lesbianas por economía y de salas de teatro míticas que se instalaron en él en los ochenta; en la actualidad, probablemente el barrio de Madrid de casi todas las etnias y lenguas.

Venía de la posguerra de la que no nos hablaron; ahora, que vivimos guerras en directo a través de la TV, prácticamente desensibilizados.

Gloria Fuertes fue una superviviente, una mujer  “de verso en pecho”, que ató muchos bigotes de tigre para seguir de pie.

La puerta se ha abierto, y en exposiciones como la de Madrid veremos a la mujer que fue de verdad, que es ya de verdad y para siempre, Gloria Fuertes.



Exposición sobre su vida y obra en el Centro Cultural Fernando Fernán Gómez, de Madrid, organizada por la Fundación "Gloria Fuertes", de la que son albaceas Paloma y Marta Porpetta, hijas de la editora Luz María Jiménez Faro:
http://teatrofernangomez.esmadrid.com/espectaculo/1121/gloria-fuertes-1917-1998

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