Fotografía de Magela Gracia
"La ausencia de realismo que en esta sociedad, y en otras, se da sobre la relación cuerpo y edad, arrastra a la mujer hacia unas contradicciones caóticas a través de unos mandatos sociales extremadamente locos (...)
No
existe expectativa ajena a la que complacer si traspasa los límites de nuestra
salud física y mental, o de nuestros deseos (...)
.
Para
cambiar hay que pensar, y para confiar en lo que pensamos, es necesario
llevarlo a la práctica en un binomio ensayo-error, absolutamente
imprescindible.
(…) Decidir que tan real y tan grande es nuestra racionalidad como nuestra emotividad.
Y somos dueñas
exclusivas de ambas.
Eso,
por sí solo, es ya un planteamiento revolucionario."
Nuestra apariencia ha de
ser siempre joven, perfecta y, eso sí, avergonzada por no disimularlo más y
mejor.
Hemos de ser gráciles
primaveras irreales y algo mentirosas, no tomarnos en serio a nosotras mismas y
permitir que tampoco lo hagan los demás.
Nosotras tenemos que
caber en la misma talla prácticamente a los veinte, treinta y cincuenta años."
Imagen: Corbis
"La
mayor parte de las empresas ignoran, de forma nada inocente, que nuestros
cuerpos cambian con los años y se reparten de distinta manera.
Somos naturaleza y esos
cambios son intrínsecos a la vida, están bien y forman parte de nuestra
evolución.
Las pasarelas de moda
envían desequilibrados mensajes, explícitos e implícitos, vistiendo la anorexia
y la bulimia; enfermedades que hunden sus raíces en mitificar un yo ideal
despreciando la realidad.
Algo así como una
invitación a torturarse para no aceptar que somos seres de carne y hueso, y
declarar una sumisión total hacia la búsqueda de aprobación ajena."
Isabelle Caro protagonizó una campaña contra la anorexia en Francia, donde las modelos que desfilan deben aportar documentos que certifiquen que no sufren esta enfermedad (Fotografía: O. Toscani)
Desde un punto de vista
económico, es obvio que una producción de tallas más acordes con gran parte de
la población, aumentaría exponencialmente los beneficios de este negocio.
¿Cuál
es entonces el críptico motivo para que no las fabriquen en serie?
Desgraciadamente,
la razón es que no sólo se dedican a vender ropa, sino que, incluso por
encima de sus pingües ganancias, venden ideología.
No aceptar el propio
cuerpo, reprime y coarta la vida afectivo-sexual.
La
estrategia de la represión siempre pasa por la no aceptación (...) y
por crear un policía interno que te recuerde constantemente lo poco que
vales.
De
la baja autoestima a la falta de asertividad, no existe más que un paso.
(...) Las
personas poco asertivas no luchan ni guerrean (...), su sentido crítico lo
dirigen sin piedad hacia ellas mismas (...)
Así
se fabrica la culpabilidad.
Son
cómodas de manipular y cosificar para los sistemas políticos que las crean.
Màs
tarde, resulta predecible el ser tratadas y asesinadas como objetos.
Transgredir y
desobedecer semejantes tiranías en las que somos infelices, es la consigna.
Superar
clichés, modas, exigencias y órdenes, como condición no negociable para
alcanzar una justicia igualitaria.
Dueñas de lo que hacemos
con nuestros cuerpos y de cómo determinamos cubrirlos, abrigarlos o adornarlos."
Enlace al artículo completo de Francisca García Algarra en +diario16 :
http://diario16.com/moda-misogina-para-siervas/
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